Valle de la Orotava
Entre la Cuesta de La Villa, junto a las laderas del municipio de Santa Úrsula, y el escarpe de Tigaiga, en Los Realejos, ocupa un lugar de honor en la geografía y la historia de Tenerife.

El modelo tradicional agrario de organización territorial de Tenerife se caracterizó por la verticalidad y el aprovechamiento prácticamente total y extensivo del territorio. La estrategia humana se sustentó en el desarrollo simultáneo o a lo largo del año de múltiples actividades productivas a diferentes cotas altitudinales: costa, medianías y cumbre.
Ello explica, entre otras circunstancias, la organización política-administrativa de la isla, pues, a excepción de El Tanque, Vilaflor y Tegueste, los municipios mantienen una disposición vertical “de mar a cumbre”. Del mismo modo, se produjo una histórica ubicación de los principales núcleos de población y centros de poder local junto a las fuentes de agua y las más fértiles vegas agrícolas.
Todo ello se traduce por un poblamiento muy disperso y atomizado, tal como corresponde a un modelo territorial basado en el aprovechamiento de los recursos primarios, con una estructura agraria minifundista y unas explotaciones muy repartidas, siendo lo más característico el elevado número de núcleos de población de pequeño tamaño, que se van organizando en torno a caminos y carreteras con una localización preferentemente interior (en medianías) frente a la costa.
El cambio de modelo económico generado por el turismo “de sol y playa” ha generado una nueva forma de organización territorial del espacio insular, en el que predominan las relaciones horizontales y la ocupación intensiva del mismo.
Algunos factores que contribuyen a la configuración de ese nuevo modelo han sido los siguientes: fuerte crecimiento de la urbanización y cambio del modelo de distribución de la población; regresión del espacio agrícola, debido al abandono de la actividad agraria tradicional; intensificación del proceso de urbanización (concentrada y dispersa); conversión de la población rural en urbana; redistribución altitudinal y por vertientes de la población, etc. Del mismo modo, la inauguración de la autopista TF-1 (1978) y del aeropuerto de Tenerife Sur (1978) fueron dos hitos decisivos en la configuración de este nuevo modelo de ocupación del territorio, pues, además de facilitar considerablemente la movilidad, constituye un elemento de primera magnitud para el impulso del turismo en el ámbito meridional de la isla.
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